miércoles, 9 de diciembre de 2020

Tiburón nodriza

Veo la fecha de publicación de la última entrada y me llevo las manos a la cabeza, pero es que este año venía con cargas de profundidad inesperadas. Confiemos en que no vuelva a estar tantos meses sin publicar, pues una cosa es no tener demasiado material propio del que tirar y otra bien diferente es dejar este blog inactivo. Ojalá la entrada compense la espera.

Os traigo hoy un tiburón que he podido ver en varios acuarios, el último de ellos, en la ciudad alemana de Constanza, porque se adapta con facilidad a vivir cautivo. El Ginglymostoma cirratum – ese es su bonito nombre científico – también es conocido como tiburón gato por sus ojos, algo que lamentablemente no vais a poder apreciar en mis fotos. Son muy malas, pero es que este acuario destaca por la intensa oscuridad reinante y por tener los cristales muy rayados. Para colmo, el bicho tampoco se estaba quieto, pero es lo que hay.


Aunque en el acuario lo tienen en un ecosistema que remeda el mar Rojo, en realidad habita en mares tropicales y subtropicales, encontrándose en el Caribe y en las costas occidentales de América y África dentro de esas latitudes. Le gustan los fondos marinos, de coral o de roca cuando son adultos, y vive en arrecifes más superficiales o manglares cuando son juveniles. Como sucede con la mayoría de los tiburones, su situación es vulnerable, sin que se pueda establecer claramente por la falta de datos fiables.


Es un animal oportunista que se alimenta de invertebrados y peces pequeños, preferiblemente por la noche, y que puede llegar a los tres metros y medio de largo. Su boca es pequeña, pero con un poder de absorción insólito. Durante el día descansa en grupos en fondos arenosos o en cuevas.


No es peligroso, pero sin embargo ocupa el cuarto puesto en mordeduras a humanos, quizás porque suele nadar con lentitud y aparenta ser tranquilo. No obstante, usando el sentido común no tiene por qué causar incidentes. La mayoría de esas mordeduras las sufren submarinistas que lo tocan y molestan innecesariamente.


Presenta dos aletas dorsales y otras tres, pectoral, pélvica y anal, de formas redondeadas, mientras que la caudal es muy alargada. Son ovovivíparos, dando a luz entre veinte y treinta crías cada dos años después de un periodo de gestación de seis meses, Los pequeños nacen completamente desarrollados y miden unos treinta centímetros. Los machos maduran sexualmente entre los 10 y los 15 años, mientras que las hembras lo hacen cinco años más tarde.


Fuentes: Wikipedia, Guía de campo de los tiburones del mundo, de Leonard Compagno, Marc Dando y Sarah Fowler.