martes, 13 de febrero de 2018

Tiburones toro en el acuario de Melbourne

El último día de nuestras vacaciones en Australia lo pasamos visitando la ciudad de Melbourne, y uno de los hitos del día fue el acuario, donde pudimos disfrutar de multitud de especies, entre las que se encuentra el tiburón toro (Carchariass taurus), en inglés, Grey nurse.

También se lo conoce como tiburón tigre de arena o tiburón damisela, y no hay que confundirlo con el que en inglés llaman Bull shark (Carcharhinus leucas) que en español se traduce como tiburón sarda. A veces esto de los idiomas es un auténtico lío.


Lo primero que impresiona de los tiburones toro, además de su tamaño, son sus dientes, que suelen sobresalir de unas mandíbulas situadas en la parte inferior de su cónica cabeza. Miden algo más de dos metros, aunque a veces sobrepasan los cuatro. Ya miden uno al nacer.    
A pesar de que se le encuentra en casi todos los océanos, generalmente cerca de las costas subtropicales, su situación es crítica, siendo Australia el primer país que se decidió a protegerlos, en 1984. De hecho, fue el primer tiburón protegido del mundo. Desde entonces, están en la lista roja IUCN con la calificación de vulnerable, y muchas poblaciones se encuentran gravemente amenazadas o incluso agotadas.


Como no alcanzan la madurez sexual hasta los 6 – 8 años y solo nacen uno o dos ejemplares en cada parto bianual, su declive ha continuado a pesar de la protección. Por lo general, son víctimas de la pesca, tanto activa como pasiva, así como de las redes que protegen las playas. Su aspecto fiero, motivó que en la segunda mitad del siglo XX se les diera caza con arpones explosivos que diezmaron la población.

Sin embargo, son animales solitarios y tranquilos que no suelen atacar a los humanos, ya que como mucho, prefieren robar las capturas de la pesca submarina. Son más activos por la noche y se alimentan de peces, calamares, rayas y otros tiburones.


Sus ojos son pequeños y su piel es gris o parda en la parte superior y más clara en la inferior. Tienen dos aletas dorsales, la primera de ellas más cerca de la zona pélvica, y una cola larga y asimétrica, con el lóbulo superior más grande que el inferior.

En ocasiones traga agua de la superficie para mejorar su flotabilidad neutra, lo que le permite consumir menos energía al nadar, gusta de acercarse por las cuevas y tiene una tasa de reposición muy baja, ya que los embriones se comen a sus hermanos más débiles antes de nacer. Además, como ya dije, los partos se producen cada dos años.

Su carácter apacible hace que sea fácil encontrarlo en diversos acuarios por el mundo, donde se ha conseguido criarlos. Generalmente los vemos nadar a un ritmo lento pero vigoroso, con esa eterna sonrisa. Finalmente, aunque no es peligroso para los humanos, los submarinistas deben prestar atención para evitar posibles mordeduras. No hay que obviar su gran tamaño.